M.L.

Estoy de regreso. Y el viaje fue uno de los que más disfruté en mi vida.
Les cuento en detalle: Luego del ultimo día del curso estaba tranquilo, pero a medida que se acercaba el día del vuelo me ponía más nervioso, hasta el día mismo del vuelo que me tranquilicé un poco, sobre todo cuando me enteré que viajaba en Business. De todas formas me tomé 1/4 de pastilla (el viaje anterior había tomado 1 entera), me llamó Roberto y me pasó el parte meteorológico (no le erró ni en un centímetro, fue tal como me lo dijo).
Antes de subir al avión estaba igual un poco nervioso así que decidí subir último y cronometrar los tiempos (lo hice en los tres aviones, desde que llaman a subir hasta que carretea el avión se tarda entre 27 y 35 minutos y si sos el último en subir estás en el asiento sin carretear entre 7 y 12 minutos, ¡no es nada!)
Cuando estaba en el avión, todo se fue y viajé retranquilo, disfruté mirar las nubes nuevamente (un espectáculo impresionante), ver una tormenta de rayos abajo en una nube, un atardecer con un horizonte formado por nubes, mirar todo desde arriba, es algo imperdible.
Luego esperé una hora y media en Santiago y nuevamente otro avión, todo bárbaro.
De regreso era directo Lima – Buenos Aires y ya no tome la pastilla, viajé perfecto, la pequeña turbulencia ni me afectó, dormí casi todo el viaje y para probarme que no era solo porque viajaba en Business, me fui hasta el fondo del avión dos veces y no me pasó nada, creo que es prueba superada, nuevamente disfruto volar.
No quería salir de Ezeiza para poder tomarme otro avión y ver aviones en el cielo no me pone nervioso, me dan ganas de estar adentro.
Sé que les pasará lo mismo!

M.L.
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