Marisa

Realice cuatro viajes en avión, siempre con miedo. Hasta que el cuarto viaje, me bajé y dije: “nunca más vuelo”. El miedo a morir que me invadía era tanto que durante cinco años lo evité yendo a diferentes provincias de la Argentina en micro, hice hasta 18 horas de viaje, cuando lo podría haber hecho en dos.

Un acontecimiento familiar que se realizaba en la provincia de Neuquén, solo por un fin de semana, me hizo replantear la necesidad de hacer el curso o me perdía el evento.

Así fue como me encontré con Inés (después del tercer pedido de entrevista, a las cuales antes no me animaba a ir). Desde el comienzo sentí su calidez y escucha. Lo mismo sucedió durante el curso con Liliana, poniendo en palabras lo que me sucedía y sobre todo dando herramientas y técnicas para poder volver a subir a un avión. Luego el comandante Gustavo, respondiendo todas las dudas técnicas.

Llegaba la fecha del viaje. La noche previa con muchos nervios, entonces comencé a realizar las técnicas de respiración y así poder controlar mi ansiedad.

Durante el vuelo, intentaban volver los pensamientos negativos, pero fueron más fuertes los positivos y, sobre todo, las herramientas con las que contaba ahora. Me pude conectar con el “aquí y ahora”, en respirar y saber que todo estaba bien, que eran mis pensamientos los que trataban de imaginar que no era así, no la realidad.

Así fue como volví a viajar en avión. Entendí, entre otras cosas, que no era yo la que volaba, si no el avión, que sí estaba preparado para eso, yo no. A tener herramientas para superar mi ansiedad, cambiar los pensamientos negativos e inventados por mi propia mente y, sobre todo, superar el miedo a volar en avión.

Así fue como pude ir al acontecimiento familiar y seguir planeado otros viajes, tan deseados y postergados.

Muchas gracias por la escucha, comprensión y las herramientas dadas.

Marisa
Deslizar arriba