Las marcas de los accidentes

A veces, los pilotos nos desayunamos con noticias que recorren el mundo y nos tocan de cerca.

La más liviana es la de un avión Boeing 737 que se despistó en Florida, más precisamente en el Aeropuerto de Jacksonville. Éste sale hacia un costado y va a reposar en las aguas del río del mismo nombre, queda flotando y se evacúan los pasajeros sin heridas. Según la poca información disponible hasta el momento, el avión estaba intentando aterrizar en medio de una fuerte tormenta con vientos arremolinados y, siempre según versiones, habría rebotado en la pista y para finalmente terminar como hemos descripto.

El otro caso, más grave porque hay muertes, sucedió en Rusia. Hay noticias, que parecen ciertas, que hablan de que el avión fue alcanzado por un rayo. Pero de ninguna manera fue ésta la causa del tremendo accidente. El rayo sólo habría afectado la capacidad de comunicarse con la torre de control.

Ambos sucesos están unidos por la misma causa común: “pérdida de control por parte del piloto”. Uno por intentar un aterrizaje a pesar de que las condiciones meteorológicas no eran las adecuadas; otro, tal vez por estar demasiado abstraído por un problema de comunicaciones, que pierde el control básico del avión.

¿Qué otra cosa en común tienen estos episodios? ¡Que no pertenecen a una empresa de primera marca!

Hemos repetido muchas veces la conveniencia de subirse a empresas donde no hay duda alguna del entrenamiento de las tripulaciones, la calidad profesional de las mismas, el mantenimiento, la antigüedad en el negocio, etcétera.

¿Podemos hacer una auditoría seria de estos requisitos desde nuestra posición de usuarios? Ciertamente no. Lo que sí podemos es consumir marcas reconocidas, estables en el mercado. ¿Esto nos da garantías de que nada va a pasar? Tampoco. Nos da las garantías de que la gente a cargo está debidamente auditada por quienes pueden auditar estas habilidades. Las tripulaciones tienen sus vacaciones al día, sus descansos hechos y otras cosas de las que se encargan de auditar las autoridades pertinentes y que se encargan de cumplir las empresas de primera marca.

También hay empresas de marcas desconocidas que cumplen con todo, pero lo que nosotros podemos asegurarnos como usuarios es la utilización de primeras marcas para salvaguardar el alto nivel de prestaciones que aseguran los protocolos de seguridad que han sido cumplidos en tiempo y forma.

Por eso, estos accidentes no cambian nuestra visión: los aviones son seguros, si la gente que los administra lo hace como corresponde. En ese sentido, los aviones son seguros de la misma manera que las bicicletas, los automóviles, los secadores de pelo, las navajas. Solamente hay que usarlos en forma correcta y responsable.

¡Les deseo buenos vuelos y nos vemos a bordo!

Las marcas de los accidentes
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