Patricia

Hice el curso en septiembre y tenía programado el viaje para el 25 de diciembre a New York. Tuve toda la intención de hacer antes un viaje corto “para probar”, pero no pude. Así que me fui nomás 10 horas y media en vuelo directo.

Debo decirles que ni yo puedo creer todavía lo bien que viajé! (eso si, todavía con la ayudita del clonazepan…)

Estuve ligeramente ansiosa en el preembarque (Debo decir que llegue con la lengua afuera por la cantidad de trabajo que tuve antes de irme, asi que no tuve tiempo de ponerme ansiosa antes).

Pero luego subí al avión convencida de que el piloto es alguien completamente entrenado, que ese es su trabajo y sabe lo que hace, por lo cual decidí que no podía ponerme en su lugar y debía confiar en él.

Segundo entendí en el curso lo complejo y seguro que es un avión y que la aerolínea es una de las más serias (American Airlines), que las condiciones aéreas no tienen tanto que ver con las terrestres, que era prácticamente imposible que en un viaje tan largo el avión no se moviera o no hubiera turbulencias.

Y de pronto me encontré diciéndoles a mis hijos (Que no volaban desde chicos) que “ESOS MOVIMIENTOS SON NORMALES Y ESTA TODO BIEN, EL AVION ES ASI”, LO PUEDEN CREER? Después me puse a escuchar música y ME DORMI!

Bueno, en el momento en el que termine el curso no me tenia tanta fe, pero luego fui repasando las notas que había tomado, releído los textos, hecho los ejercicios de relajación, y en mi mente de a poco se fueron despejando los miedos y comenzando a ceder un poquito el control.

Les agradezco infinitamente por el trabajo que hacen y espero que lo continúen por siempre, pues siempre habremos locos que los necesitaremos!

Patricia
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