México es una ciudad increíble, estoy disfrutando mucho conociéndola. El viaje en avión fue excelente, casi diría milagroso, viajé medio groggi porque la noche anterior me había acostado como a las 4:00 y me tuve que levantar a las 6:00 para llegar a tiempo a Ezeiza. El avión se movió exactamente en los lugares que me habías dicho, a la altura de Córdoba, a mitad de camino y llegando a DF, de hecho, cuando estábamos bajando había una tormenta de aquellas y el avión se zarandeó de lo lindo, es más, se armó un griterío bárbaro, pero yo muy pancha tuve bien claro lo que me dijiste : turbulencia = incomodidad.
La verdad es que lo que mejor que pude haber hecho es tomar el curso, aparte de pasarlo muy bien y de conocer gente de primera, perder el miedo es una experiencia muy liberadora.
Dentro de poco me toca la vuelta a Buenos Aires, espero poder pasar a saludarlos.
Berenice