¿Nunca volaste? Si nunca volaste, por qué pensar que le tenés miedo al avión?
Cuando se teme algo que nunca se ha realizado, seguramente es por muchas razones. Tal vez sos muy sensible a los comentarios de otras personas, quizás alguna mala experiencia en la vida te ha condicionado a desconfiar de lo desconocido. Otras razones pueden estar ligadas a haber padecido ataques de pánico o tal vez ser hipersensible a la velocidad, a las alturas y sobre todo a tener que ceder el control. No creo haber agotado las razones de la evitación a subirse a un avión, pero son las más frecuentes.
Es importante poner en limpio algunas cuestiones. Todo lo que digan otras personas acerca del despegue, de la turbulencia, del encierro, de lo largo que son los viajes, todo está tamizado por la percepción de quién lo vivió y de las experiencias que ha tenido en su vida y su crianza. ¿Por qué limitarte a no vivir lo que es un vuelo sin animarte a explorar tu propia experiencia? Cada uno vive su propio vuelo. Cada pasajero relata en primera persona cómo vivió la experiencia de su vuelo.
Algo para tener en cuenta es que al realizar algo por primera vez, está bueno dejarse sorprender. Sí, la curiosidad es algo similar a la actitud de un niño que descubre por primera vez, algo así como una mirada inocente abriéndose a algo nuevo, distinto.
El avión es un medio de transporte que va por un medio desconocido que es el aire, con movimientos desconocidos que no necesariamente son desagradables y definitivamente no son peligrosos. Pueden ser incómodos, pero se puede aprender a interpretarlos. Es fundamental no oponerse a ellos, acompañarlos con el cuerpo sin ponerse rígidos y resistentes. Los americanos dicen “cabalgar la turbulencia”.
¿Y si en lugar de desagradarte o asustarte te gusta? ¿Podrías pensar en lo que te podés perder por no animarte? Si hace mucho que venís evitando los aviones, no mires para atrás, mirá hacia adelante y pensá todo lo que podrías conocer, compartir y disfrutar.
Te propongo animarte a realizar un vuelo aunque sea cortito, un destino cercano para tener una primera experiencia. Si después de hacerlo te das cuenta que te da miedo, podés preguntar para despejar las dudas. Si te animaras, podrías diferenciar entre “no me gusta” y “me da miedo”. Esa es la primera diferencia importante. Hay muchas cosas que hacemos en la vida que no nos gustan y hay otras que nos dan miedo, pero habrás dado un primer paso para descubrir qué te pasa con los aviones.
Recordar que viajar en avión no es lo más peligroso que vas a hacer en la vida puede ayudarte. A diario hacemos cosas peligrosas y no nos damos cuenta, tan sólo por hacerlas a diario, o bien porque elegimos asumir los riesgos. Después de todo, no hay nada en la vida exento de riesgos.